sábado, 21 de julio de 2012

Gañanes






El otro día vi una cosa muy curiosa en la red, eran una serie de comentarios, anacrónicos por cierto, sobre la inocuidad de los piropos. No pude otra cosa que responder que eso, es una forma de acoso verbal en la que se cosifica a la persona, pues abordar a una persona desconocida y soltarle esa clase de lindezas, invadiendo su espacio vital, no es nada agradable.

Y es que aún en estos tiempos, en pleno siglo veintiuno, plagado de gadgets y otros cacharretes tecnológicos de última generación, quedan demasiados ejemplares del machito ibérico, como aquellos de las películas españolas de los años 60, que perseguián, con ansia acechadora, a las suecas. Siempre sedientos de manipular a otras personas, en este caso a las mujeres, como si sólo existieran para darles placer, y no tuviesen voz, ni opinión. A uno, que es hombre, o al menos eso cree, esta línea de pensamiento y de comportamiento, no le parece otra cosa que despreciable.

Sería deseable que evolucionaran mentalmente, y se hicieran conscientes de que los demás no tenemos por que aguantar sus animalizadas costumbres, ni su cavernícola ideario, pero ya que parezco pedir un imposible, al menos que  contengan su machismo e idiocia, y no digan sus barbaridades en público. Por que es que además las criaturitas lo proclaman a voz en cuello.

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