viernes, 24 de febrero de 2012

Televisíon en serie


Os confieso que en algunas ocasiones veo la televisión,hay momentos en los que me posiciono frente a la caja tonta, no es que esté pendiente constantemente de la pequeña pantalla, teniendo en cuenta la atroz programación que emiten permanentemente, vease Aida, una serie ideada para encefaloplanos y oligofrénicos, pero si que hay espacios que han suscitado notablemente mi atención, especialmente series extranjeras, que últimamente exceden en calidad a las producciones cinematográficas.

En los últimos años nos han venido un aluvión de buenas series, frescas e interesantes, o al menos lo son en su comienzo, puesto que después de un tiempo y varias temporadas, por sobreexposición o el motivo que sea van perdiendo fuelle y acaban exinguiéndose, como Perdidos, que iban a ser 9 temporadas y acabó en la sexta, quizá apresuradamente, para disgusto de sus fans, o Héroes, con un ritmo decreciente, muy a mi pesar, me encantó su primera temporada, pero quizá se dió demasiada cancha a un personaje con tan poca enjundia como Hiro, entre otras cosas, pero no quiero remover sucesos pasados ni experimentos fallidos, que quiza fracesen al ser artificiosamente dilatados.

Aunque admito mi pecado de no haber visto nunca los Soprano, y The Wire, a lo que algún día pondré remedio, actualmente sigo algunas como Californication, el Mentalista, House, que en esta octava temporada me chirría un poco y temo un final de serie decepcionante,  y lo que yo creo que es el Rolls Royce de las series de televisión, Sherlock, fuertemente enraizado en la literatura de Conan Doyle, series que empujan a alguien como yo, que abomina de la tv, a encenderla de vez en cuando, y de una calidad en cuanto a argumento y ritmo narrativo, que hace saltar por los aires los detectores de calidad de nuestro panorama catódico, tan tristemente habituado a la mediocridad como referencia de calidad.

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