miércoles, 15 de febrero de 2012

El profanador de secretos


                                                                Madrid-Gijón, 1980

Mi nombre es Julio Arias, y soy periodista de investigación independiente, no llevo demasiados años en esta profesión y no completé mis estudios universitarios...aún, quizá por eso, o por mi mayor eficiencia debida a mis habilidades naturales, se que me llaman, medio en broma, quizas generado por cierta envidia, el profanador, aunque no se atreven a decírmelo directamente.

Al comienzo de mi trayectoria en este diarío, La Voz Ciudadana ,a consecuencia de mi carencia de titulación me trataban como si mi presencia en la plantilla de la redacción fuese meramente anecdótica, pero mis esfuerzos y mi pericia, además de un buen repertorio de fuentes, siempre anónimas, me hicieron destacar, poco a poco, como el seguimiento que hice del Caso Matesa, mi primer bombazo informativo hace ya tiempo.

En el 74, me encargaron informar sobre la revolución de los claveles, aunque no fue  algo que entrañase mayor dificultad, y prefiero cubrir otro tipo de reportajes, en los que me especializé, desenterrar los hechos que otros prefieren dejar bien ocultos, ya sea de industrias, gobiernos o, para resumir, los corruptos y los criminales, como bien reflejé en mi artículo sobre los verdaderos motivos de los golpes de estado en países latinoamericanos.

Y es que me produce placer ver como gente que se imaginaba como intocable, empieza a respirar pesadamente cuando yo ando husmeando tras algo, ese tipo de gente ha fundamentado su existencia en la más absoluta mentira, la verdad les es tan soportable como unos calzoncillos de metal incandescente
.
El mote de profanador viene de esos hechos, pues a diferencia de otros reporteros mas autoindulgentes, yo me sumerjo y no dejo de indagar hasta que no haya salido toda la verdad a la luz. Quizá por ese motivo también, en estos años de trayectoria profesional me he ganado algún que otro enemigo, aunque Enrique, el redactor jefe y un viejo amigo, nunca ha dejado de apoyarme, y su palabra tiene mucho peso en el diario

Ahora, debo irme, estoy tras lo que verdaderamente se esconde bajo el concordato del Vaticano con el Gobierno español, tendreis noticias mías, os lo aseguro.

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