martes, 1 de abril de 2014

Malas lenguas: Siempre quieren más






En España se permanece demasiado tiempo en el puesto de trabajo, mucho más que en cualquier otro país occidental, sólo falta quedarse a dormir allí. Y aun así, a la patronal, a la que se la suda mucho el bienestar de sus asalariados, le parece poco, quieren más horas de trabajo. Lo que no le parece poco es el sueldo de miseria que dan por tanto trabajo, y exige más y más por el mismo precio, o por uno menos si es posible, uno de esos designios del dios mercado. Sólo falta que los empleados lleven a sus patronos a comer a casa y les sirvan allí también.

Han convertido las escuelas, las universidades, institutos, y otros centros de formación en fábricas de mano de obra dócil y obediente, pero aún quieren más.

Han convertido la deuda de las empresas privadas, por arte de magia, y con la connivencia de gobiernos temerosos y cómplices en deuda pública, dilapidando el producto de los desvelos de todos, propiciando así que los que verdaderamente trabajan para producir riqueza tangible, se queden sin vivienda, trabajo, ni otros medios de vida, pero aún así, quieren más.

Hagan lo que se haga, siempre quieren más, aun cuando parecen tenerlo todo. No se sabe cuando tendrán bastante, si es que alguna vez se darán por satisfechos. Quizá dejarán de querer más cuando aquellos a quienes despluman de tan variadas formas a diario, no aguanten ya más y hagan saltan de su sangre. Quizás entonces dejarán de querer más, pero entonces, ya será tarde para ellos, y serán los otros, los explotados, los que quieran más, más de su sangre brotando, regando la tierra que han mancillado, junto a la gente que lo habita.

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