domingo, 9 de febrero de 2014

Reto: ¡Yo escribo! 3- ¿Cómo es tu ambiente de trabajo?





Vuelvo a meterme en el reto de Eleazar, y tengo que reconocer que su idea me gusta cada vez más, y la iniciativa que se ha propuesto, es un bello reto, que motiva a continuar con el, a la vez que me deleito la vista con las respuestas de los demás participantes. Blogs que acabo de descubrir con agrado, y sobre los que revolotearé a menudo.

Pero vamos al tema que nos ocupa en esta ocasión, que como puede apreciarse, a veces tiendo a divagar y a dejar flotar la mente por ahí, en el limbo, o la estratosfera, y eso puede tener relación, ahora que lo pienso, con estas cuestiones.

Mi ambiente de trabajo a la hora de ponerme a crear y escribir, es variable, porque no es sólo uno, tengo varios, así he funcionado desde que empecé con esto, y quizá a causa de mi dispersión natural, hace que me adapte a varios medios, o más bien que sumido en mi propio mundo, me de igual el lugar donde creo las historias.

Mi única base fija de operaciones es una pequeña habitación en el lugar en donde vivo, que es la foto que veis al principio del post. Habitación dotada de un ordenador de mesa, con una impresora, en el que siempre paso mis textos manuscritos a documentos digitales, y al blog. El ordenador es un Hp de unos siete años de antiguedad con un comportamiento bastante impertinente. Le gusta, con sus fallos e interrupciones, provocarme, por lo que yo le respondo insultandole con saña. A el, y sus parientes, por si los tuviera. Cuando me cansan los caprichos y chapuzas del Windows, lo mando todo a paseo, y le meto alguna distribución de Linux, con lo que los problemas desaparecen, excepto el de la conexión, que el inalámbrico falla, y tengo que tener medio piso atravesado porun cable de conexión, que conecta el pc con el router, de una habitación a otra, pero es un problemilla de tipo técnico que no me estorba.

De vez en cuando me tomo algunas pausas informales, principalmente porque en esa habitación hace un frío impresionante, pero eso es una excusa, en realidad me escapo para fumar un cigarro y echar algún café. Ya se sabe que todo necesita combustible para funcionar, he aquí el mío.

En realidad con pocas cositas me basta para escribir, no tengo para ello ningún hábito peculiar, pues de otro modo no podría hacerlo en un piso en el que abundan los ruidos, los propios, y vecinales,lo típico, vamos. Sólo me crispa un poco los portazos, pero estoy trabajando en ello para darle solución. Además, en el ordenador lo que suelo hacer sobre todo, como digo, es pasar historias ya construidas, del papel, al éter electrónico. Aunque a veces haga algún cambio o añadido, de ultima hora, y de improviso, como no, antes muerto que metódico.

Para las notas previas, cualquier lugar es bueno, ya que siempre voy armado con papel y bolígrafo. Me vale todo, en la calle, en la cola del super, en una cafetería. Allá donde surja una idea, la agarro y la meto en un papel. Aunque en la calle... Una vez me increparon por anotar cosas en la libreta, tan sospechoso es escribir en la calle como comportamiento?

Recuerdo que hace años frecuentaba un local que era perfecto para escribir historias completas, no fragmentos como hago ahora. Tenía mesas apartadas, sitio de sobra, café, y la afluencia de personas era mínima, era genial, pero en eso residió su caída. Tuvo que cerrar, y no pude encontrar después un lugar más idóneo que aquel para tal fin. No hay ninguno que se le acerque para escribir.

Aquí está mi antigua guarida.



Para mi, además, las horas nocturnas son las mejores para crear. En la quietud de la noche, la ciudad cobra vida y respira. En esas horas en las que la luz se ha ido, las ideas vuelan libres, introduciéndose en las cabezas de los que aún no duermen, quizá es que les gusten las aves nocturnas, nadie lo sabe realmente, pero yo les doy la bienvenida.

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