domingo, 3 de marzo de 2013

De guiones y dolores










Pues nada, no ha podido ser sido elegido mi guión para el certamen de cortometrajes, quizá influya el hecho de que no soy un estudioso del cine como otros son, o pretenden ser, obsesionados con planos, secuencias, y todas esas cosas del gremio, de las que no tengo ni zorra idea. Que berenjenal, oye. Aunque la verdad, en parte, la culpa la tengo yo, por meterme en terrenos pantanosos, sin saber en donde me meto, movido por la curiosidad, o la inconsciencia, y sin saber casi absolutamente nada sobre la materia específica y lo que conlleva.

Es irritante el que te escupan a la cara cuando sabes que lo que has creado, es bueno, o realmente bueno, y esto no lo digo yo, sólo reproduzco opiniones de algunos de quienes lo han visto, pero claro, el factor externo es el factor externo, el que pocas veces, o casi nunca tenemos en cuenta, tendemos a obviarlo, pero ahí está, y tiene su peso, para que negarlo.

He de reconocer que al principio la experiencia parecía atractiva, un curso de guión, pero que en realidad no era un curso, tan solo lo era nominalmente. Que rayos sabía yo del lenguaje cinematográfico? Pues nada, simplemente creía que aprendería unas cuantas cosas sobre ese sector y de llevar a la pantalla una buena historia, así como creía que tendría libertad de movimiento en cuanto a la narrativa. Pero no, no era así.

En lugar de ello, lo más valorado era, en lugar de a pasear por la psique del personaje y las situaciones que le envuelven, el volar e intentar hacer volar la mente, me encontré con  un  lenguaje encorsetado y reduccionista, dándolo todo bien mascadito, sin dejar nada a la imaginación, en un intento de que los espectadores se ahorren la traumática experiencia de pensar, y así, con esa actitud exhibicionista, se les vomita en pantalla, una sucesión de obviedades y exabruptos, eso si, muy visuales y con muchos golpes de efecto.  En fin, para que dar más vueltas, ya se sabe que el cine odia y envidia el lenguaje literario, es un sentimiento de inferioridad, sabiéndose más pobre y limitado, pero bueno, como experiencia no ha estado del todo mal.

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