Mordaza invisible

Tengo una mordaza invisible en mi boca, que pasa inadvertido para todas las miradas externas, pero no para mi, cuya presencia y efectos percibo en todo momento, y jamas me suelta ni se afloja.


Se ha ido creando poco a poco por una serie de palabras, que por alguna razón se me han ido clavando, como espinas, en mi mente, y en mi lengua, al no poder soltarlas y dejarlas fluir en el aire, palabras que ansiaban libertad, y que al no obtenerla se me han ido introduciendo, horadando, buscando un espacio en mi que debieran ocupar en el éter, en donde realmente pertenecen.


Estas palabras no pertenecen a ningún arcano lenguaje, ni son hirientes ni ofensivas, sin embargo, continúan ahí, atascadas solidificando la mordaza a través del miedo que inyectan en el mismo lugar donde permanecen incrustadas, ese inoculado miedo que fuerza a convivir con ellas y la mordaza resultante, con la que ya estoy obligado a convivir, esgrimiendo ante mi un miedo con el que me chantajean para continuar alojadas en mi interior, tomándome  como su rehén, a través del miedo que fortalece la creación de su mordaza, un miedo muy concreto y específico que ellas mismas me susurran, y con el que me amenazan cada vez que pienso en, por fin, arrancármelas como astillas y arrojarlas fuera de mi.


Sé que algún día me desharé de esta mordaza de palabras selectivas que no puedo pronunciar, cuando consiga dominar el miedo con el que ellas me conminan, intimidándome, lo que me obliga a callar por el  momento, aunque ya anhelo poder sacarlas de donde están empotradas y dejarlas volar libres como corresponde.