domingo, 2 de septiembre de 2012

Jauría uniformizada







Si, este hombre de rostro siniestro, chatarra variada en el uniforme, y de palabras altisonantes e intranquilizadoras es el coronel de la discordia, que ha tenido su momento de gloria en los medios de comunicación, pero nada más, solo ruido. Una cacofonía de exaltación de la violencia, y de pensamiento testicular en general, muy bonito de ver para algunos sobre el papel, pero irrealizable en la realidad.

Porque es eso todo lo que puede hacer, ya puede invocar a los tercios de flandes, o al franquismo, que todo quedará en esas palabras, pues realmente este tipo de sociópatas, (como los que ladraron antes que el, vease el asuntillo del general Mena, me parece recordar), se complacen en sus propias palabras, en un ejercicio de autoafirmación y nunca llega la sangre al río, pues en contra de lo que sostiene, no depende de ellos. Y que extraña es la idea de España de este tipo de gente, que amenaza a sus pobladores con ejercer la violencia.

Es normal que se acuerden del franquismo, y de que lo eche de menos, en aquellos oscuros tiempos, bajo una dictadura militar, el ejercito era la guardia pretoriana del régimen, aunque dice muy poco a su favor, arrogándose a sí mismo, y por extensión a todo el conjunto del ejército un papel de árbitros de la sociedad, como si de un ejército gendarme se tratase. Quizá, estos comportamientos, casi siempre entre oficiales de la vieja escuela, se deben a que pertenecen a una microsociedad cerrada, dentro de la misma sociedad, quizá creyéndose una casta aparte y privilegiada, los elegidos para llevar el timón.

Pero no os asusteis, los golpes de timón, los levantamientos militares tan "typical spanish" han pasado a la historia, son un mero residuo del pasado, y por mucho que puedan ladrar especímenes como este, no dependen enteramente de sí mismos, y se contentarán con eso, con ladrar, junto a sus compañeros de jauría, pues si se convierten en un obstáculo, ya se encargará el poder político, de quien dependen, de llamarlos al orden, reducirles la partida presupuestaria, sancionarles, y recortarles las escuálidas competencias que en los cuarteles tienen, ya que, a diferencia de los tiempos añorados por el coronel Alamán, en las calles no tienen absolutamente ninguna.

1 comentario:

  1. OTROS QUE INTENTAN METER BAZA ... YA ES LO QUE NOS QUEDABA... IGLESIA, FACHAS Y MILITARES...
    QUE DE NO QUERER MUJERES Y OBLIGAR A TODOS A PASAR POR SU CONTROL ... HAN TENIDO QUE ACEPTAR LO QUE LES LLEGA Y HACER CAMPAÑAS PUBLICITARIAS ... QUE SE JODAN.

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