Mis pasos

Hacia donde nos encaminan nuestros pasos? Recuerdo, que en épocas anteriores dirigí mis pasos por los caminos habituales, los saturados de tránsito, sobrepoblados y muy trillados, que finalmente nos llevan a ningún lugar, conduciéndome a un triste sobrevivir, en un gris simulacro de vida que no funciona, que llega, en ocasiones a hacer daño. La triste trayectoria que otros han predefinido para nosotros, trayectoria en la que se regocijan, contemplando como nos retorcemos, y cómo nos pisamos unos a otros para poder completar el trayecto, un trayecto penoso, en la que podrías perder tu alma en el proceso, como aquellos que lo trazaron,  y cuya meta es infructuosa e insatisfactoria, siempre con carencias elementales.


Por esos, y algún otro motivo he elegido romper con todo, volver a comenzar, cambiar de hábitos,  cambiar de ruta, coger otros caminos, dirigir mis pasos, al principio vacilantes, como en cualquier otro principio, pero decidido a seguir por el camino elegido. Un recorrido menos frecuentado, pero más gratificante, con otras prioridades, encontrándome en la travesía con  nuevos y afines compañeros de viaje, que al igual que yo han elegido comenzar un nuevo camino desde el principio, haciendo patente que es posible andar por otras vías. Porque no todo comienza y acaba en las que los otros nos marcan, siendo éste, el que recorro un itinerario mucho más gratificante, y cuya meta es mucho más prometedora.