jueves, 9 de agosto de 2012

De película




Hay películas que entretienen, con las que pasar el rato, un ejercicio de escapismo, que solo son retenidas en la memoria mientras las estas viendo. Y luego hay peliculas, que para mi narran una historia cercana a personas como tu y como yo, y que si bien no me marcaron profundamente, si que son lo que yo llamaría algunas de mis películas fetiche, que recargan el ánimo como si de una batería de móvil se tratase, son películas cercanas, que no se limitan a entretener, te atrapan, te hechizan y te transportan a su terreno. Sesiones de cine para restablecer nuestra maltrecha alma. No las recuerdo todas, pero aquí os ofreceré un pequeño compendio de algunas de esas películas que me entusiasmaron:

-Capitanes de Abril: Película sobre la revolución de los claveles, del Portugal de 1974, centradas sobre el capitán Salgueiro Maia, comandando la pacífica revolución iniciada por el ejército en aquellos años, algo impensable en España, pero que al verla, te hace recobrar cierta esperanza en la humanidad.

-Amelie: Precioso filme con el que aprender a valorar factores tan denostados como el poder de la imaginación como fuerza para cambiar tu vida, o ciertos aspectos de ella, además de indicarnos de que todos estamos relacionados de algún modo, con muchos puntos en común.

-The Commitments: Un grupo de desempleados de Irlanda, ante la imposibilidad de encontrar trabajo, se unen para formar una banda de soul, en la que con cierto esfuerzo y tiempo, se hacen un nombre, pero cuando el éxito está al alcance, erróneamente se dejan arrastrar por los celos, la envidia, el oportunismo, y diferencias de carácter y artísticas comienzan a minar el grupo, lo que les hace derrumbarse.

-Antes del atardecer: Secuela de Antes del amanecer, también interesante, pero me atrae más ésta. En la anterior, tras coincidir en un viaje en tren a Viena, dos personas pasan un día juntos, conociéndose, y llegando a enamorarse en tan breve lapso de tiempo, al separarse, prometen volver a reunirse en la estación de Viena, seis meses después, lo cual no tiene lugar. En Antes del atardecer, nueve años después, cada uno sumido en su propia existencia, vuelven a encontrarse, y charlan amigablemente, poniéndose al día sobre sus vidas, en una larga charla, que en cuanto el silencio se hace, descubren que tras tantos años, las cosas no cambian. Una bonita historia, sin aspavientos ni estridencias, real y cotidiana, muy cercana.



Y ese es el pequeño extracto de la lista de mis películas imprescindibles, a las que pronto añadiré alguna que otra más, en cuanto les eche el guante y tenga ocasión de verlas, como por ejemplo Sin límites, Tokio Blues, o Quiéreme si te atreves. Y ahora, silencio, que va a empezar la película.

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