martes, 15 de mayo de 2012

El espía

Si estais leyendo esto,entonces es que estoy al borde,que la cosa no pinta muy bien, y es que los buenos tiempos de los agentes ya terminaron hace tiempo.

Si, he sido, comúnmente llamado un espía, aunque prefiero autodenominarme un agente. No daré mi nombre ni el de la organización a la que pertenecía por obvias razones de seguridad.

La gente normalmente se piensa que la vida de uno de nosotros es todo lujo y despilfarro, influenciados por las películas de James Bond y demás, y aunque hubo un tiempo que así fue, (ah, que tiempos, ahora se echan de menos) hace muchos años que se nos restringió duramente el presupuesto, siendo más que escueto, y siendo mas que moralmente reprobchables las acciones que se deben tomar a veces en este trabajo.

Con la perspectiva que da el tiempo, pues ya paso de los 40, me doy cuenta que no contribuí en absoluto al progreso ni la  democracía del llamado mundo libre, aunque se que estuvimos muy cerca de ello en algún momento del pasado, pero la vida se nos torcío, se nos tornó oscura y ahora amenaza con convertir el mundo en ruinas.

Yo fui el primero en ser reclutado para la agencia, a la que suelo llamar la empresa, y al poco tiempo fui rodeandome de un equipo operativo competente, hasta escalar un buen puesto. Teníamos de todo, buen persoanl, material técnico, todo. Comenzamos a trabajar enseguida, y durante años todo parecía funcionar, yo era el enlace de la empresa con el subsecretario de defensa, con el que me entrevistaba a menudo. Pero poco a poco la situación fue cambiando.

El subsecretario de defensa le empezó a dedicar cada vez menos tiempo a la agencia, y en su lugar se creó un consejo interno para de esta forma supervisar las actividades de la agencia, ese fué el principio del fin, pues desde el mismo consejo se comenzó a interferir en nuestro trabajo, utilizando para ello cualquier tipo de maniobra, como intentar absorber varias empresas tecnológicas en nuestro nombre.

Como un buen subordinado, yo seguía órdenes, sin sospechar lo que ocurría, y todos los trucos del consejo eran parte del objetivo, que no era otro que tomar el control de la agencia para sus propios fines, puesto que ya habían conseguido introducir a agentes afines a ellos. Cuando al fín lo supe, me opuse, junto con un grupo de colaboradores, intentaron negociar, es decir, amenazar y sobornar, para que nos quedasemos y mantuvieramos la boca cerrada. Finalmente, tras comprar lealtades, solo quedamos tres integrantes del equipo original que aún nos oponíamos. Nos mandaron a otro destino, pero yo noté algo extraño y escape antes de partir, y mis compañeros fueron volatilizados en el trayecto a su nueva ubicación.

Ahora me encuentro en una habitación de un motel de mala muerte en un país desconocido, sabiendo que me buscan para liquidarme, por la serie de achivos que me llevé de la central, que les puede hacer hundirse, pero no se lo pondré nada facil, fuí muy bien adiestrado y mis habilidades están tan refinadas como entonces, les estaré esperando. Acabaré con la agencia.

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