miércoles, 17 de junio de 2015

Desde Marte





Instantes de mente y mirada perdidas en un punto indeterminado de un infinito universo. Desde el lejano planeta Marte una poderosa mente se concentra y se proyecta sobre el maltratado planeta Tierra, poblada y expoliada por seres aparentemente racionales, pero que andan por muy mal camino.

La humanidad, que va a tener que aprender a caminar unida entre si, y unida a la tierra que les cobija y sustenta si no quieren no poder andar en absoluto nunca más.

La mente sabe que no servirán de nada todos los adelantos tecnológicos si quienes los crean no evolucionan, si abusan del lugar que los acoge hasta agotarlo y extinguirlo, lo que extinguirá a la propia humanidad, a todo rastro de vida.

Para la mente es imperativo que los habitantes de la tierra cambien de forma de vivir para que todo allí pueda vivir, no hay otra opción, no servirán programas políticos, ni partidos enfrentados. Abrir más empresas no conducirá a nada si se sigue por la peligrosa senda por la que ahora caminan.

La mente lo sabe porque su planeta lo ha sufrido, el es el último rastro de vida que queda en un árido planeta que era semejante a la tierra en otros tiempos. No desea un destino semejante al suyo para la tierra y sus pobladores.

La mente marciana espera que alguien de ese planeta reciba su mensaje, para que dejen de transitar por un camino que conduce a una absoluta y mortífera desolación.

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