jueves, 2 de mayo de 2013

Rayos de luz







Podéis elegir creerlo o no, pero, a pesar de lo que pueda parecer, con las lluvias y el cielo encapotado, el verano, está a punto de entrar por la puerta. Pronto terminará la sensación de que te vas a encontrar una pareja de pingüinos al meterte en la cama, pronto no tendrás que adherirte al calefactor como si fueses un percebe en una roca. Ahora mismo el sol que trae el verano está agazapado tras una nube, escondido, para de repente saltar sobre nosotros,  hop! Sorpresa, aquí estoy! Soy el ansiado verano!

Si, algo en mi interior me dice que este será un verano pleno, que nos hará recuperarnos de los sinsabores de la trayectoria de este año, que nos ha dejado un poco aplatanados, y no es de extrañar, vamos de disgusto en disgusto, y la monótona rutina, no contribuye precisamente. Pero este verano, tiene algo diferente, no sabría explicar de un modo racional que es, ni por que, pero es como una ancestral intuición de que está vez será completamente diferente al resto, con la cálida luz del sol renovando nuestras energías y ánimos,entumecidas tras tanto tiempo de frío y lluvias, de malas noticias, de latigazos de los mercados sobre nuestras espaldas, y de las pequeñas putaditas cotidianas, esas cosas que salpimentan  la vida en general.

No queda mucho ya para disfrutar de soleados días en los que recuperar la vida en la calle, los paseos, las sesiones de lectura al sol, y el tumbarse en la hierba mientras las nubes desfilan ante nuestra mirada. El verano es la época más sugerente para cualquier actividad que queramos cubrir, y si, para el sexo también es una muy buena época. Coge un libro y siéntate en el parque, llama a un viejo amigo, corre bajo el sol con tu perro, y haz el amor en la terraza, sintiendo el calor por dentro y por fuera!

El verano ya casi está aquí, ya tiene un pie dentro, y con todo esto que he dicho anteriormente no quiero decir que nos olvidemos de todo, que nos abandonemos al tentador calor del sol, y echemos a correr de los problemas cotidianos, sino que con la energía que recojamos, sea como sea la forma en la que cada uno de nosotros entienda eso, la aprovechemos para encarar de frente las cuestiones que a cada uno nos aquejan. Ya vale de estar encogidos sobre nosotros mismos, el frío ya no es excusa válida. Olfatead el aire, cerrad la puerta tras vosotros, disfrutad de los pequeños y los grandes placeres de la vida, aún por descubrir, sentid los vigorizantes rayos de luz sobre vosotros, y al abordaje!

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