sábado, 20 de abril de 2013

Cenizas




En el rincón más oscuro de aquel desierto local, a solas con sus pensamientos, que nunca lo abandonaban, mirando el rebosante cenicero que tenía frente a él, colillas apagadas, y un montón de cenizas, justo como en su vida, donde debiera haber fuego, sólo quedan humo y cenizas.

Levantó el rostro, casi oculto entre la rubia melena y la poblada barba, del que sólo sobresalía la aguileña nariz, como un Alan Moore con unos años menos, y buscó con la mirada el vaso de cerveza en el que se había sumergido. Se había propuesto lanzarse al abismo del olvido, olvido hasta de su propio nombre.

Hubo un tiempo en el que la curiosidad impulsaba su vida, queriendo experimentar todo, buscando respuestas que satisfacer, intentando hallar los porques de todas las cosas. Pero llegó a la conclusión de que era mejor vaciarse de todo, todo el equipaje mental y sensitivo, era demasiado doloroso. Aquel tiempo, en el que deseaba ser fuego, en el que creía que podría andar entre él sin sufrir daño... se equivocaba, se precipitó a las llamas, y le consumieron, dejándole el corazón carbonizado y el espíritu en cenizas.

Ahora vivía sus días como un fantasma, un espectro viviente, sin pasado ni futuro, sin interactuar con su entorno, ni con nadie, soló encadenando cigarrillos, consumiendo cannabis, y lanzándose a un embravecido océano etílico en pos de borrar todos los recuerdos que le corroían, en ocasiones hasta el borde de la inconsciencia, que le vaciara de todo, sólo quedando olor a humo, y una montaña de cenizas. Deambulando de bar en bar, hasta que todos cerraban, hora en que volvía pesadamente a su casa, a seguir rindiendo tributo al vacío, y la inexistencia. Hasta el momento en que una ligera  vibración le sacó de su prolongado letargo,su viejo teléfono móvil, que aún tenía, con el sonido desconectado, en las profundidades de su abrigo, contrariando su decisión de obviar el mundo en el que vivía. Lo busco y lo sacó, con mirada pensativa, mientras veía que tenía un mensaje entrante. De repente, quiso saber quien le importunaba, y por que motivo, de modo que lo abrió y leyó su contenido:

Sal de tu planeta, y mañana mueve el culo hacia el punto habitual, te interesará lo que te contemos. N.C

El estilo, y el lenguaje eran inconfundibles, era aquella chica excéntrica y peleona. Si estaba planeando algo, podría llegar a ser interesante experimentarlo desde dentro. De repente sintió curiosidad por lo que aquella mente podía estar maquinando. Iría, fuese lo que fuese lo que iba a perpetrar, podría ser muy inspirador, así era ella, siempre conseguía atraer a otros a los proyectos más descabellados. Se sorprendió sonriendo y pensó que por qué no, las cenizas podían esperar.

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