domingo, 4 de noviembre de 2012

Retorno a lo esencial





Me vuelvo a encontrar en el blog, después de un parón de una semana, o quizá más, motivado por un contratiempo de tipo técnico. Mi ordenador, en su octavo cumpleaños, ha decidido ponerse malo, y reventar, maldita obsolescencia programada!

En esta semana todos mis recursos para poder escribir, se han visto algo mermados, mi vieja Olivetti Lettera 35, hace meses que falleció, escribir desde el móvil es francamente incómodo y te dejas la ya miope vista en la pantallita, de modo que vuelves a lo básico, una especie de retorno a lo esencial, el viejo y eficaz medio del papel y el bolígrafo, a los ancestros de los medios para poder escribir o garabatear algo, que, digámoslo todo, no hacerlo me producía gran incomodidad. Escribir, o morir, esa es la premisa, ya no puedo contentarme tan sólo con leer, con ser un simple espectador, y ha sido bonito el reencuentro con el bolígrafo y el papel, concretamente un bolígrafo de gel, que deja un bonito efecto de pluma estilográfica, sin tener que usar la incómoda pluma. Bolígrafo cuya tinta necesita cierto tiempo para secarse por completo, y por mucho que soples lo escrito, tiene su proceso, como las cosas buenas de la vida.

Un bolígrafo, una herramienta de lo más sencilla, pero perfectamente capaz de construir nuevos mundos. Un papel, un objeto que puede constituir un multiverso donde crear esos mundos.

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