miércoles, 18 de julio de 2012

Trenes






Un día más en la estación de trenes de cercanías, para recorrer unas pocas decenas de kilómetros, y siempre, en esos momentos reverbera en mi mente una serie de melodías, canciones de Dylan y los Stones, entre otros, como si tuviera una pequeña radio en mi cerebro en esos momentos. Posiblemente será debido a que el tren es mi medio predilecto, el medio de transporte en el que me siento más cómodo y seguro, no experimento la tensión que me recorre al subir a un coche, en el que vigilo permanentemente el cuentakilómetros, sintiéndome prisionero en un pequeño cubículo que se mueve a demasiada velocidad.

Será que soy un poco quisquilloso, pero desde que estoy en la estación, en espera, hasta que llego a mi destino, me encuentro bien, en el tren, puedes estirarte, leer durante el viaje, y contemplar el espléndido paisaje que pasa ante ti, paisaje que solemos pasar por alto en nuestro cotidiano estrés de cada día, pero que se antoja enorme en belleza y extensión, aderezado con ocasionales fogonazos de los rayos del sol, dejando sentir su calor.

Hace años que viajo en tren, habiéndo recorrido gran parte del territorio nacional en ese medio, que es con diferencia el más cómodo, y hasta placentero, me atrevo a afirmar. En el tren, no sólo estás pendiente de llegar a tu destino, sino que disfrutas del mismo recorrido, del placer del viaje, todo parece ir a otro ritmo, es como viajar en el interior de un dragón acorazado, que te protege y cobija en su interior, y te lleva volando al lugar donde tú quieres ir.

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