martes, 22 de mayo de 2012

Fumando


El fumar, esa tan nociva costumbre, lo se, un feo hábito, pero de momento a mi no me hace demasiado mal, más adelante me plantearé dejar esa insana rutina, pero en el momento presente seguiré autointoxicándome.

Para mi, es toda una liturgia, sobre todo desde hace más o menos un año, que me pasé al tabaco de liar, con lo que además hago manualidades, doble utilidad. Además me tomo mi tiempo, abro despacito la bolsa, la olfateo, como si fuera un perro, examino su interior, a ver si el tabaco está demasiado desmigado o no, y luego, despacio, voy haciendo el cigarro, sin prisa, no es comparable al tabaco ya empaqueta en cigarrillos, es para tomarse un tiempo. Y es que yo asocio el tabaco a la reflexión, a tomarse una pausa, en un mundo frenético, no a fumarme un cigarro apresuradamente, que se te puede atragantar.

Cuando estoy fumando, lo hago para relajar y dejar volar la mente, entre volutas de humo imagino personajes, ambientes, y situaciones, que muchas veces intento reflejar, a veces acertadamente o no, en ocasiones bien definidos, y otras sin tanto acierto, pero ahí están las pinceladas generales, como el humo flotando en el ambiente.

Y ahora, si me disculpáis, con vuestro permiso voy a fumar.

2 comentarios:

  1. A mí no me gusta nada el tabaco, odio su sabor y no soporto el olor que se te queda pegado a la ropa y el pelo... A veces, si alguien fuma a mi alrededor, mis migrañas se activan para martillearme los sesos...

    Pero si te hace sentir esa relajación... Disculpado quedas jejeje. Como dices, en este mundo de locos a veces es necesario hacer una pausa ^^

    ResponderEliminar
  2. Si, algunas marcas, propician el dolor de cabeza, lo he experimentado. Por otro lada también es como decía, un alto en el transitar tan...hipersónico que llevamos rutinariamente. Un saludo!

    ResponderEliminar