lunes, 23 de abril de 2012
La Voz enmudecida
La prensa enmudeció, después de 89 años de servicio informativo a la sociedad asturiana. Me pillo conpletamente por sorpresa, enterándome a través de twitter, no podía, o más bien no quería que fuera posible, después de casi un siglo de existencia, fundada en 1923 por José Tartiere.
Y es que de un tiempo a esta parte es muy curioso el fenómeno que la prensa que se ve obligada a cerrar las puertas, o que es directamente atacada, siempre es la que da un matiz más progresista a la información, permaneciendo inalterables los panfletos reaccionarios y retrógrados, como es el caso de La Nueva España, o el Comercio, si nos ceñimos al ámbito de Asturias. Panfletos que nada más abrirlos, especialmente en sus páginas de opinión, o en las cartas al director, rezuman un hedor a rancio casi insoportable.
Y es que la prensa ya no disimula en parecer lo que no es, que no es otra cosa que una plataforma propagandística del pensamiento único. Podríamos decir que aún nos queda internet para informarnos, pero toda aquell web informativa independiente es atacada furiosamente, no olvidemos lo que ha sucedido recientemente con Insurgente.org, cuya web es regularmente atacada por...quien? no lo sabemos, pero lo imaginamos, aquellos que quieren el monopolio absoluto de la información para moldearla acorde a sus intereses, siempre antagónicos a los nuestros, los ciudadanos con criterio.
Yo fuí uno de los que esperaban ilusionados, la salida de La Voz de la Calle, pero lamentablemente, quedé con un palmo de narices. Aún espero que salgo algún medio impreso de periodicidad diaria, o al menos semanal, que tenga algo más que ver con la información en si misma, que con el negocio, o la manipulación, mientras tanto, habrá que recurrir al periódico Diagonal, que aunque su información es fiable, su periodicidad quincenal la limita un poco.
Hace poco escribía por aquí, lamentando el cierre de la presencia de Público en los quioscos, y ahora, aunque inicialmente me resistía a hacerlo, no me queda otra cosa que brindarle, aunque sea a modo de despedida, unas palabras a La Voz de Asturias, el último reducto de prensa de Asturias, que repentinamente se nos ha ido, ya sólo queda en Asturias mero forraje para encefaloplanos, La Nueva España, y el Comercio, que no valen ni el papel en el que se han impreso.
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