viernes, 20 de diciembre de 2013
El whatsapp, ese famoso programa, una aplicación para telefonía móvil, que es endiabladamente eficaz con respecto a los mensajes de texto, para así poder comunicar con todos aquellos que se encuentren en la agenda de contactos del propio móvil.
Muy práctica herramienta que sólo requiere conectividad, ya sea por 3G, o por wifi, sin limitación entre países, lo que permite establecer comunicación con gente que se encuentra realmente lejos, circunstancia que cada vez es más frecuente, dado la cantidad de gente que emigra a otros países. De esa forma, la aplicación posibilita el mantener un contacto regular. Whatsapp es para enviar mensajes personales, para algo que tengas que decir a otra persona, aunque algunas personas lo utilizan para enviar mensajes invasivos, consistentes en una sarta de irracionales supercherías que dicen que para tener la suerte de tu lado, o alguna chorrada similar, hay que enviar esa mierda a otras 10 o 15 personas, a ver para cuando un filtro de mensajes basura.
Whatsapp, entre otros, ha permitido dar un paso adelante en cuanto a comunicaciones inalámbricas, ahorrando costes de usuario, como los que acarrea el envío de los sms. Tiene un periodo de prueba gratuito durante un año, y su coste posterior anual es bastante bajo, menos de un euro, por lo que su compra no debería ser un problema.
Y sin embargo lo es. Es más fácil decirlo, que hacerlo. Porque aunque teóricamente sea una cosa fácil, a la hora de hacerlo, no lo es tanto. Whatsapp sólo tiene dos formas de pago. A través de Google wallet, y mediante Paypal, lo que en el primer caso probablemente no te servirá para hacer pagos desde móvil, pues ese servicio de Google sólo admite ciertos modelos de teléfono. En el segundo caso, con Paypal, tanto abriendo cuenta, como comprándote una tarjeta recargable, te pueden calzar unas comisiones que te pueden duplicar el precio de la aplicación, en algunos casos incluso les ha dado error, y han pagado por nada.
Muchas veces veces protestamos ante el pago por el uso del servicio, y ya sabemos que menos de un euro anual no es gran cosa, que tienen que mantener los servidores y otras infraestructuras que facultan el servicio, lo que acarrea sus costes, pero al igual que idearon la aplicación, podrían ideas otros métodos de pago, como por ejemplo, a través de Dwolla., porque si nos dejan a merced de los usureros de Paypal, la cosa ya ni está tan bien, ni es tan barato. Whatsapp, es muy útil, mucho, pero no es ya único en el mundo, hay alternativas, y más seguras, como Line, Surespot, o Myenigma, que además de prestar un servicio similar, cubren los aspectos en los que Whatsapp falla, la estabilidad por una parte, las caídas del servicio de Whatsapp son ya sobradamente conocidas, y esperadas. Por otro lado, la inviolabilidad de las comunicaciones, algo en lo que deberá mejorar, puesto que actualmente, es demasiado sencillo rastrear y leer conversaciones ajenas desde otros dispositivos.
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Para cada día, una ilusión.
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