martes, 17 de diciembre de 2013

Aftermath (Oscura oleada)






Mientras aguardaba a que hicieran efecto las pastillas, se quedó sentado en la semi-oscuridad de la habitación, mientras el espíritu se evade de su cuerpo, puede oír claramente los rugidos del viento en el exterior, así como el rítmico caer del granizo, lo que por alguna razón que se le escapa, amplifica su estado, una nítida sensación de creciente angustia, que ni siquiera trata de paliar. A la mente, le llegan sus imágenes, echando de menos todo lo que vio y que nunca pudo ser, de un modo que se hace sólido,


Y ahora, en esta habitación en penumbras, desde su mismo interior, algo lanza un desgarrado aullido silencioso, todo ello generado por los propios errores, por no haber sabido hacer bien las cosas, por conducirse en la vida a trompicones. El peor castigo a ese errático deambular, era ver como en ocasiones los demás experimentan las consecuencias de sus tropiezos, especialmente aquellos a quienes más cerca tenía. Dando vueltas y vueltas a la cabeza… deseando enmendar el mal causado, deseando volver atrás en el tiempo y obrar bien, arreglar aquello que no debió suceder, para mantener a salvo de todo dolor, tanto a sí mismo, como a los demás. Pero hay seres que aún sin intención, resultan tóxicos para todo lo que tocan, y cada acción, genera una reacción. Para él, este espinoso mundo exige un precio a pagar por cada acto, y a veces, te ensarta en una de sus púas, y no hay escapatoria a ello, excepto abandonar el mundo.

Al día siguiente, lo encontraron perdido entre mundos, sentado en el sillón, con una nota en su regazo que decía lo siguiente:

 Esta oleada de negrura, me envuelve y me devora.


Una gran losa de un incalculable peso, se apodera de mi ser. El futuro, mi propio futuro, se antoja de infinita negrura, eterna, inabarcable.

Sólo veo perdición y desolación en la trayectoria de mi vida, que me empuja y arrastra hacia el abismo, en el que finalmente, me precipito.


Los servicios sanitarios no se hicieron esperar, lo ingresaron, y tras un lavado de estómago y respiración artificial lograron salvarle la vida, manteniéndolo una semana bajo observación hasta que le dieron el alta médica.

Su plan había salido bien a medias, ya que si bien no consiguió abandonar el mundo, si que fue apartado de él, tras los muros de una institución neuropsiquiátrica, donde fue ingresado, bajo constante supervisión, por sus autodestructivas tendencias. Al fin, fuera del mundo ordinario, en el mundo aparte que conformaba el interior de las paredes de aquel lugar.

1 comentario:

  1. Es un relato que impacta, pero creo que bien representa la verdad. A veces nos sentimos tan mal que ya no podemos aguantar mas en este mundo falso,complicado e injusto.
    Saludos!

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