Tordesillas, el último bastión de la edad media, un lugar espeluznante en donde, con el toro de la vega, se celebra el derramamiento de sangre, la tortura, y la muerte. Un lugar en donde como otros de la España profunda, muy profunda, se confunden las costumbres ancestrales con la cultura, dos conceptos en absoluto relacionados, que evidencian la falta de verdadera cultura de quien esgrime tan peregrino argumento.
En un entorno tan brutalizador, hemos podido percibir, a través de algunos medios de comunicación, que la violencia es su modo de operar habitual. Nadie se atreve a hablar en contra de tan sádica y aberrante costumbre, pues temen represalias. La capacidad de violencia en ese entorno se eleva enormemente, como consecuencia de falta de verdadera cultura, y una especie de histeria colectiva permanente, sacando y aferrándose a lo peor del ser humano y su conducta, en un crescendo de abyección, que pasa por dar lanzazos hasta la muerte a un ser vivo, una mostruosidad a todas luces intolerable.
A continuación, un vídeo de hace unos tres años, que demuestra el atraso social y cultural de algunos espécimenes humanos. Desgraciadamente, hoy en día sigue igual. Continúan impermeables a toda evolución.
Quizá, una campaña de alfabetización pueda enseñarles las bondades de la verdadera cultura. También sería recomendable que siguieran una terapia, para superar ese estado de psicopatía que les impulsa a disfrutar con el dolor, la sangre, la tortura , y la muerte ajena, a ellos, y a sus voceros. En serio, queremos recuperarlos como seres humanos, no como las sádicas criaturas que son hoy.
Gracias por en enlace. Buen post.
ResponderEliminarYo soy un poco más pesimista, creo que esta gente no tiene remedio porque están tan embrutecidos que no ven más allá de su bestialidad. La abolición de esta salvajada sería un triunfo pero también me gustaría ver a estos individuos en la cárcel creo que sólo así tendría un poco de paz interior y sentiría que se ha hecho justicia.
Gracias, espero que en un futuro cercano veamos difuminarse la bestialidad humana.
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