Texto creado por el Chico que Escribe, perteneciente a la iniciativa de colaboraciones entre blogs, IntemcamBlogs, ideada por él, a la que no he podido resistirme a sumarme. Si queréis leer más de este autor, abajo tenéis el enlace a su blog. Y ahora,Leed, paladead, y disfrutad de su relato, como yo hago:
Un anciano, entró en su bar de siempre, se sentó en su silla
de siempre, y apoyó la boina en la barra, como siempre descubriendo un canoso
pelo revuelto; custodiando unos ojos que se dibujaban cansados.
El camarero le saludó, no esperaba respuesta, pero era su
obligación ser cortés. Aquel anciano se le antojaba un personaje peculiar, uno
de esos chalados de las películas. Después de tantos años, apenas habían
intercambiado un par de palabras corteses, en los últimos ninguna. Solo
llegaba, se sentaba, y bebía cervezas sin parar, salía para fumar, y volvía a
entrar. Cuando dejaba dinero de sobra para pagar todas las rondas en la barra,
Alberto el camarero sabía que era el momento de no llenar más veces el vaso.
Hoy había llegado un poco antes de lo habitual, cosa que
Alberto agradecía, pues en verano, todos los parroquianos huían hacia sus
respectivos pueblos, y el bar quedaba prácticamente desierto.
Mientras escribía en una servilleta, miró a Alberto, y con
una voz grave, y rasgada por la nicotina le dijo:
-Chico, ven, acércate.
-Me..¿me dice a mí señor?
-Pues claro que sí, ¿Ves a alguien más en todo el puto bar?
Alberto se aceró tímidamente, estaba acostumbrado a hablar
con personas, pero él era distinto. Tenía algo que imponía respeto, y a la vez
te llenaba de aflicción:
-Mira esto, chaval, ¿Sabes que es?- dijo el anciano
acercándole la servilleta escrita.
-Es...un poema.
-No es un poema cualquiera. Tiene 15 versos de 15 sílabas
cada uno. ¿Sabes lo que eso significa?
-Em...no.
-Pero ¿no sabes nada o que cojones te pasa? -El viejo
parecía enfadado, como si le hubiera ofendido. Esto no hizo más que aumentar la
confusión de Alberto.- El quince es un número mágico, ¡Atento, chaval!
Sacó otra servilleta del servilletero e hizo una cuadrícula,
rellenándola con números:
-Puedes sumar cualquier línea horizontal, cualquier columna
vertical, que siempre va a salir 15. Se le llama cuadrado mágico, lo veneraban
en China, en Egipto, Grecia y los árabes. Los romanos lo tenían consagrado a
Saturno.
“Por eso, este poema, es el poema perfecto. Y por él lo he
tenido todo, pero he perdido aún más.
La expresión, ya melancólica de por si, del anciano, había
cambiado. De pronto, no parecía una cara humana, si no el rostro de la amargura
personificada. Éste se hurgó en el bolsillo, sacó un billete y se marchó sin
más.
Alberto estaba totalmente petrificado. Cuando por fin pudo
reaccionar, miró la servilleta. Al final del poema había una firma: Yovne.
Es estupendo, me quedé con ganas de más. Qué iniciativa es esa? :)
ResponderEliminarEs una estupenda iniciativa del Chico que Escribe. Se trata de participar no sólo cada uno en su blog, si no de compartir textos, intercambiándolos con otros blogueros. Y esto, tan sólo es el comienzo.
EliminarAaahm y cómo puedo participar? :)
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