viernes, 10 de mayo de 2013

Otra violencia








A veces, da la impresión de estar hechos de acero, por estar aguantando lo inaguantable, que es esta situación social, este asfixiante clima en el que vivimos a diario, como si ya muchos de nosotros estuviésemos ya completamente insensibles a todo cuanto suceda en nuestro entorno, y resulta que suceden muchas cosas, muchísimas, que en otros lugares del mundo no consentirían jamás, arderían las calles con mucho menos de lo que aquí nos han hecho, y siguen haciéndonos.


Quizá haya cierta gente que refugiandose en su micromundo, es decir en su entorno familiar y poco más, cree que ya lo tiene todo hecho, que la tormenta no le va alcanzar, autoengañándose, tomando la situación como algo normal, en un alarde de demencia, o quizá es que cree que por negar el problema, éste desaparecerá. Aunque eso no es lo peor de todo, lo peor es que esas personas que ven espejismos, arremeten contra todo aquel que le hace ver toda la serie de problemas a los que nos enfrentamos, todas las heridas abiertas por donde la sociedad se desangra. Un anómalo aunque extendido comportamiento el de esas personas.

Ese es el problema, el primer problema al que esa gente tiene que enfrentarse, quitarse la mala costumbre de dejarse hace, de acatar, de obedecer, tiene que empezar a cuestionar la autoridad que tanto veneran, y cuestionarse incluso a ellos mismos, dejar de comportarse como autómatas, dejar de alimentarse de miedo y desinformación, romper su bloqueo, su bunker mental, con la falaz idea de que ya no hay nada que hacer, que no hay otros modos, etc, todo a través de métodos de violencia sutil aplicada desde arriba, una violencia que sin llegar a ser física es tangible, aunque sutil.

Porque estas cosas a las que muchos están ya demasiado habituados a verlas y ya les da igual, mientras que a otros nos encienden la sangre, como el hambre, la precariedad laboral, el desempleo, los deshaucios, la carencia de cobertura sanitaria, la desigualdad social, con formas de violencia muy utilizadas en la actualidad, son formas de violencia que les sirven, a las grandes fortunas, si, ese complejo financiero-industrial, que controlan los medios de comunicación, o más correctamente, medios de desinformación, de los que se sirven para envenenar y alienar al público que hace pensar que las voces que dicen que el periodismo está moribundo, pueden tener razón, parece haber sido sustituido por escribas al dictado del poder corporativo, con el único interés de obtener el mayor lucro, a costa de manipular la información, de modo que el mensaje llega completamente deformado. Se intenta asesinar todo rastro de pensamiento crítico e independiente, para mantener la situación de sumisión, de inoperancia de todas esas personas, para seguir apoderándose de todo, a la vez que mantener el control, un control social que ejercen por medio de esa violencia sutil, pero violencia al fin y al cabo, un control que a la vez les capacita para seguir acumulando recursos que otros producen,para ser despojados de ellos, un vicio de esos privilegiados que tienen mucho, pero que codician absolutamente todo, esos son los intereses que persiguen, a toda costa, pisoteando, en el proceso, todos nuestros derechos, en el mejor de los casos, y sin ningún rubor en mancharse las manos de sangre si fuese necesario, no sería la primera vez.

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