martes, 22 de abril de 2014
Interpretando la canción
Tocando y entonando el blues de esta vida. La que nos ha tocado vivir, en unos tiempos más inciertos que otra cosa. Con el vaivén de situaciones buenas y malas por las que pasamos, queramos o no.
Una canción que son muchas y una a la vez, cantada para nosotros mismos. Inaudible e imperceptible para todos los demás, pero salpicada de drama, lapsos de felicidad añorados, que conforman nuestro repertorio. Un repertorio que siempre arrastramos con nosotros, y que va creciendo poco a poco, al mismo ritmo de la vida, que cantamos internamente.
Cantos con una voz desgarrada, la historia musicada de todos nuestros días. Voz que surge de lo más profundo de nuestro interior sin casi darnos cuenta. Son las estrofas que llevamos grabadas en nosotros. El alma, alzando la voz, con la esperanza de ser oído algún día.
Los sonidos de nuestro entorno, los ruidos de nuestra rutina. Tráfico, oficinas, hogares, y bares. La parte instrumental de nuestra canción, que ensayamos a su ritmo una y otra vez.
Instintivamente, sin casi percibirlo, ni oírla con claridad. Inconscientemente, sin proponernoslo, interpretamos esta nuestra canción a diario. La cancion que nunca es exacatamente igual, crece, cambia, se transforma, pero que siempre llevamos con nosotros y que dice entre sus versos como somos, pues en ellos se encuentra nuestra propia esencia, esperando ser escuchada.
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genial !!
ResponderEliminar¡Que bonito! La vida es una canción y nosotros somos los compositores.
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