miércoles, 12 de febrero de 2014
Nick Furia
El mundo del comic, en lo profesional, es muy desagradecido, y a menudo hasta sucio. Mirad si no lo que hicieron con The Authority, y lo que son ahora los personajes que componían el título.
Marvel comics, una de las más punteras editoriales del sector, la que revolucionó el mundillo a principios de los años 60, parece haberse estancado en cuanto a su actividad principal, la de editar historias, prefiriendo alimentar otros mercados más lucrativos a corto plazo, perdiendo el culo tras las adaptaciones cinematográficas de su catálogo.
No es algo nuevo, que en la editorial, que nunca fue realmente dueña de su propio destino, si no siempre propiedad de otra empresa, ahora Disney, hiciera aberrantes experimentos con sus personajes, para estrujar todos los dólares que pudiera a través del merchandising. Como la saga del clon de Spiderman, el Capitán América de... Puaj! Rob Liefeld, o ahora el mismo Spiderman con la mente del Doctor Octopus...Valiente gilipollez. Por no hablar de la moda de las portadas fosforito, que felizmente quedaron atrás.
Ahora, las franquicias del cine, se plasman en papel, como la de los vengadores, para seguir exprimiendo a la vaca mientras tenga una sola gota de leche. Ya se sabe que el exceso de marketing acaba jodiendo el producto que se debiera potenciar.
Tenemos un Nick Furia cinematográfico, similar al que se concibió para los ultimates, que queda muy bien en pantalla, algo que no puede negarse. Pero lamentablemente no tiene más. Se le supone el director de Shield, la agencia de espionaje más cool que la imaginación pueda concebir, pero este Nick Furia no tiene chispa, se diluye en su organización. Es el director de Shield como podría serlo de la agencia tributaria. Este personaje, como su homólogo de los Ultimates, no posee ni un ápice del carisma que posee la encarnación clásica, con una personalidad bien definmida y un carisma que eclipsa a cualquier cruzado con capa, una constante que se mantuvo desde 1963, en el que vio la luz por vez primera.
No es que Samuel L Jackson haga un mal papel, eso ni por asomo, con lo que le han escrito ha hecho unas grandes apariciones. Tampoco es que el personaje tenga que andar por ahí sin afeitar, fumando puros constantemente, y blasfemando, aunque ya es su imagen icónica en este caso. No es eso. Furia es un personaje con fuerza, con carácter, que ha logrado sobrellevar los horrores que ha visto y vivido, con un extenso bagaje histórico, del que forma parte, y su presencia siempre sobresale, lo hemos leído miles de veces así. Lo que vimos en las películas fue un personaje cerrado, sin nada especial que ofrecer, al que cualquier personaje eclipsa sin mucho esfuerzo, incluso el de María Hill. Lo vimos en la película de los Vengadores, no como el superespía de Marvel, si no como un deslucido funcionario de alto nivel, sin más.
Este es Nick Furia descafeinado, no el que siempre conocimos, no saca todo el potencial que tiene, y es una pena, pues es un personaje que puede dar mucho más juego de lo que hemos visto hasta ahora. Espero que en próximas apariciones en el celuloide se redima, como en la secuela del Capitán América, porque este es uno de los mejores personajes que la casa de las ideas ha parido, que por cierto, no contentos con castrar al personaje en el cine, lo han hecho también sobre el papel, condenando al personaje original al olvido, siendo sustituido por un penoso sucedáneo.
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