Fragmentos de una vida un poco dispersa: Trayectorias

Me lanzo al camino que yo mismo he elegido, sin saber que me encontraré al llegar, pero aún así, prefiero echar a andar que quedarme aquí plantado, donde todo se marchita. Como muchos otros antes, no se exactamente donde voy, tan sólo se que voy , andando, paso a paso, sabiendo que antes o después, llegaré. Cuando eso suceda, ya afrontaré como mejor sepa lo que haya de venir.

No abandonaré las cosas que me motivan, las que me entusiasman y hacen de motor de este caminar. Puede que deje atrás alguna que otra cosa, pero no quisiera tener que arrepentirme de no haberme atrevido a  abordar riesgos, y asumir cambios, que he de buscar por mi cuenta, pues sé que no vendrán a buscarme , llamando a la puerta de mi casa.

No puedo andar por el camino común, ya demasiado gastado por lo transitado y trillado, de modo que me voy construyendo el mío propio, en el que hay sitio para alguien más, los compañeros de viaje, son bienvenidos. Un camino, un rumbo, que se se va construyendo poco a poco al recorrerlo. Plagado de experiencias en las que zambullirse. Como una película, en la que dejo de ser un extra y asumo el rol protagonista. Porque en la película de la vida no se puede ser un extra, y mucho menos un mero espectador, como he tenido la decepción de observar de cerca, hay que hacerse con el papel de actor principal a la primera ocasión, y no cederlo jamás.

Así que, una vez más, cojo la mochila de mi vida, Voy tras nuevas sensaciones. Tras el rastro de nuevos colores y sonidos, aún por descubrir. En busca de las cosas que me importan, y que aún no se, pero que sin duda, descubriré.