viernes, 4 de octubre de 2013

Cumpleaños del ausente






Ayer cumpliría 15 años. Hace un tiempo que ya no está, pero no me acostumbro, no me hago a la idea, al menos, no del todo. Ya no está, excepto por el hecho de que sí está. No físicamente, pero de alguna manera se siente su presencia, la huella que dejo con su existencia. Siempre miro hacia el lugar donde dormía a pierna suelta.

Anoche, no por que motivo, soñé con el. Se me acercaba, mirándome con esa expresión que sólo el sabía poner, y moviendo el rabito, buscando mi mano, para que lo tocara una vez más.

Me desperté, esperando encontrármelo encima como otras tantas veces. Abrí los ojos y no estaba allí, pero lo había sentido. Quizá haya querido dejar parte de él, un poquito de sí mismo, para que siempre lo recordara.

Por eso he querido dedicarle un post en el día en el que nació ese pequeño y peludo perrillo, que alegraba la casa, la que recorría con su característico trotecillo, y se detenía para olisquear todo lo que se le pusiera delante, con esa dulce y mimosa forma de ser, siempre buscando caricias, a lo que era imposible negarle.

Felicidades, pequeño, que tengas todas las caricias y los mimos que tanto te gustaban, que corretees y curiosees cuanto te plazca, queda un poco de ti, que guardo para que me acompañe, y amortigue tu ausencia.

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