Aquí estoy otra vez, después de un leve, y muy breve respiro. Intentando buscar respuestas a preguntas que apenas sé formular, estimulado por el verano, que amplifica mis pensamientos, entre otras cosas. Verano, al que abrazo con cariño desde hace un tiempo.
No me acostumbro a ciertas cosas. Situaciones en las que me hubiera gustado fuesen de otro modo... pero la vida nunca avisa de lo que va a hacer con uno. Este verano vuelvo a la naturaleza, de la que estoy rodeado en los días que pase en el pequeño pueblo, nutriéndome de nuevos libros, y haciendo pequeñas tareas de jardinería, pero también me invita a la reflexión, son muchas las cosas sobre lo que uno tiene que pensar. Allí no estoy sólo, los gatos vienen a visitarme, saben que ese es territorio seguro para ellos.
Son días para explorar el entorno que merodea, y a mi mismo, no quedar en la superficie, llegar hasta el mismo núcleo de cada cosa. He pensado en abandonar la escritura, pero enseguida deseché la idea. Si hiciera eso, me marchitaría y me extinguiría, sería como dejar de leer, de comer, de respirar... Será que ando un poco perdido estos días, será cuestión de reubicarse, cosa que espero que no me lleve demasiado tiempo, para que los días de invierno me cojan ya bien encaminado, si es que eso es posible.
Esos días en los cuales nos perdemos en la naturaleza son los mejores, podemos respirar un poco y pensar en nosotros, reflexionar sobre lo que importa de verdad en la vida. ¡Disfruta mucho y recibe la energía de las cosas que te rodean! Un saludo.
ResponderEliminarDe vez en cuando, sentarse al sol, entre la hierba, no sólo nos oxigena el cuerpo, la mente también, un saludo!
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