jueves, 4 de abril de 2013
Todos terroristas
Todos terroristas, todos etarras. Eso es lo que afirma este gobierno rastrero y lameculos con la Troika y otros poderosos, caciquil y abusivo con la clase trabajadora, que tenemos que padecer a diario. El gobierno del partido político, o mas bien pseudopolítico, que ha hecho de la falta de ética y de la corrupción su marca de fábrica, su distintivo, como la gaviota de su anagrama, un nido de carroñeros sin escrúpulos, desde sus inicios, en los tiempos de la falsa transición, que en realidad fué una pantomima, que proporcionó una insuficiente constitución, que ni siquiera se cumple, que blindó a la corona que la dictadura colocó en la jefatura del estado, y que no restableció la legalidad anterior al golpe del 36.
Esta vez, el blanco de sus embestidas es la Plataforma de los Afectados por la hipoteca, pero no hay colectivo que pueda sentirse seguro de sus ráfagas de puñales envenenados. Filoetarras, los han llamado, presas de su nostalgia, de la nostalgia que sienten por la Eta, que les proporciona réditos políticos utilizando los miedos de la gente para poder seguir amasando poder, y con él, continuar su incesante serie de trapicheos, abusos, y tejemanejes en la sombra. Y mientras, el presidente, caraplasma, valiente cretino, dice ante la prensa no saber nada, y eso cuando se atreve a comparecer en persona y no desde un televisor, pero bueno, así se ahorra el bochorno de huir de los periodistas como en alguna ocasión. Y los ministros? una sucesión de mamarrachos que utilizan un lenguaje reduccionista, inventando historias de mundos ficticios, para intentar justificar sus delitos, que ni un bebé se creería. De la delegada del gobierno ni hablamos, ya sabemos que lo que realmente le gustaría, es colocarnos en el paredón.
Así funcionan, estos infraseres. Pero no sólo han acusado de filoetarras a la PAH, sino a cualquier ciudadano que, aún sin pertenecer a la Plataforma, manifieste públicamente su apoyo. Será que somos mala gente por negarnos a quedarnos tirados en un rincon para morir, sin casa, y sin sustento,solamente para que ellos, y sus cómplices de la banca y de la patronal no se disgusten. Somos malvados por desear una democracia y soberanía verdaderas y tangibles, y no la dictadura enmascarada en la que estamos envueltos.Dictadura que no acabó con la muerte del genocida golpista al que tanto admiran, y cuyo régimen, no sólo se niegan a condenar, sino que lo consideran como la época de extraordinaria placidez. Tan sólo han variado su metodología, en la que aún sin matarte directamente mediante fusilamiento, o garrote vil, resulta a la vez, más sutil, y posiblemente más cruel, condenando a la gente a la agonía de una lenta y dolorosa extinción, arrancándolos de sus casas, expulsándoles de sus empleos, y asfixiar sus recursos, para acto seguido enviarles a sus matones de azul, para que les apaleen sin miramientos si intentan protestar. Somos abyectos terroristas por intentar que se solventen los problemas sin que en el proceso asesinen todos los derechos sociales.
Todo para favorecer al complejo financiero-empresarial, al que poco a poco van entregando el estado, desmenuzado, y a cachitos para que no se note...demasiado. Estas bestias con forma humana no han evolucionado,así como sus palmeros, lo cual es tristísimo porque muchos de ellos son de clase trabajadora, lo que es volverse contra los suyos, y si protestas te llaman cosas como perroflauta, rojo, jipi, y ahora terrorista o etarra. Joder con la mayoría silenciosa, de mente secuestrada por estos neofranquistas, cuando tienen que callar, berrean como posesos, y cuando la causa está justificada, callan, no sea que sus amos se vayan a disgustar. De modo que ahora, entre desempleados, pensionistas, estudiantes, e innumerables colectivos, somos unos cuantos millones de terroristas que nos oponemos al gobierno y sus compinches. Tened cuidado, cuando despierten las células durmientes.
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