miércoles, 23 de enero de 2013

Joder, follar









Si, eso es, el sexo, esa legendaria actividad que en mayor o menor medida tenemos todos en mente en muchos momentos. Hacerlo o no, la práctica, o la abstinencia, parece algo muy sencillo, si o no, pero realmente la cuestión no es tan simple.

Porque no es la práctica en si lo que define la experiencia, sino con quien lo hagas, depende de la persona a la que te encuentres para esos menesteres, el mismo acto y sus efectos cambia notablemente dependiendo de con quien vayas a la cama, o cualquier lugar donde prefieras.

En función del resultado, el acto en si mismo se convierte en una cosa u otra, joder, o follar, lo de hacer el amor, como bien dice una persona a la que aprecio, no es más que una ñoñería de descafeinado sexo Disney. La cosa es joder, si con quien te encuentras en esa tesitura es alguien que no te acaba de llenar, si es un joder simplemente, casi como para cubrir el expediente, con ganas, pero sin verdadero ardor, un hacerlo, acabar, e ir cada cual por su lado hasta la próxima, sin ganas de repetir la experiencia en un corto plazo. Un acto sexual con ciertas prisas y con otras cosas más interesantes en la cabeza, conformándose con el sucedáneo con el que está copulando, y no con quien realmente deseara hacerlo, como le sucede diariamente a muchas personas.

Pero también sucede que a veces se puede encontrar a alguien con el que realmente conectas en todos los sentidos, especialmente en este, y de sólo tocar sus cuerpos saltan chispas, algo menos común, pero también posible, alguien junto al que la experiencia se parece a un viaje astral, a un paseo cósmico. Es un follar con mayúsculas, en el que se sincronizan los orgasmos, y los cuerpos se gustan instintivamente, una situación en la que te sorprendes jadeando sin poder parar, es un fuego que se enciende y nunca se extingue, en el que para la mente solo existe el ahora, en el que entregas todo lo que tienes sin guardarte nada, y la única preocupación es el placer de tu compañer@ sexual, un acto en el que el tiempo no existe, y solamente deseas continuar y quedarte allí por siempre, tocando su piel.

3 comentarios:

  1. Buena reflexion y cierta, aunque poc@s sean capaces de reconocerlo.
    Un saludo.
    Alexi Longoria.

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  2. Bueno.... Interesante post. Pero permíteme reflexionar ahora ya que en 2013 cuando lo escribiste no nos "conocíamos". :)

    Personalmente, para mi como extranjera adoptada al lenguaje español en su totalidad, entre joder y follar no hay tanta distinción como para ti (por lo que deduzco de lo que he leído).

    Lo que describes como joder yo lo entiendo igual por follar.

    Ahora... Lo que describes por follar.... Sólo puedo decirte que lo he vivido. Un par de veces. En España solo una y recientemente. Y de ello solo queda el polvo. Y nunca mejor dicho, válgame la redundancia. No tuvimos ni un adiós. ¿Fue amor? En ningún caso. Yo no sé lo que es eso ni siquiera si realmente existe de verdad. Para cada uno el amor es un universo distinto.

    ¿Fue intenso? Totalmente. ¿Hasta el final? Para nada. De hecho, me podría haber saltado la ultima cita. Es como la última copa española: es la que te hizo pase el mal trago siendo la culpable de la desgraciada borrachera.

    Saludos Javier. :)

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    1. Si, a veces la situación se torna muy volatil, es algo que no se puede medir ni prever. Es como una pequeña fuerza de la naturaleza, imprevista y sorpresiva. Gracias por compartir tu perspectiva, un saludo.

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