sábado, 1 de diciembre de 2012

Frío





Noviembre terminó y fue sucedido por diciembre, llevamos unos cuantos días conviviendo con el frío, que tras el calor del verano, nos recuerda que hay ciclos invariables en la vida.

En algunos puntos geográficos cercanos nieva, aquí se contenta con llover y granizar, como viene sucediendo en los últimos 8 días. El frío me viene bien, aunque me queje, y aunque se me agrieten un poco las manos, ayuda a concentrarse en las cosas. Con el calor no se piensa demasiado bien, estás demasiado ocupado intentando refrescarte como para abordar otras cosas.

Aunque a veces tirite un poco, no hay nada para mi como el paisaje urbano de las noches invernales, en las que la mayoría de la gente se refugia en sus casas, pegados al calefactor. Me da la sensación de compartir algo trascendental con los parajes que recorro, casi en solitario, a excepción de un puñado de aves nocturnas, que como yo, vienen y van por las frías calles nocturnas de la pequeña ciudad , en estos días, siento como si me susurrasen un ancestral secreto que solo puede ser revelado en ciertas estaciones, y bajo ciertas condiciones. Es como si la baja temperatura activara un oculto resorte que hiciera ciertas cosas funcionar, y que sólo puedes sentirlo bajo esas condiciones.

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