jueves, 24 de mayo de 2012

Muñeca humana



Una chica mona, y...bueno,  mona, eso es todo, su nombre es Barbi, rubia, de grandes ojos marrones y de buen ver en general.

Pero, lo malo de todo ello era que sus cualidades comenzaban y terminaban ahí, no tenía ninguna otra característica reseñable. Su nivel intelectual y cultural, anormalmente bajo, algo casi alarmante para cualquier persona corriente, aunque ella lo ve como algo completamente normal, puesto que el entorno en el que creció la cultura y el conocimiento se miraba como algo ajeno, algo temido y odiado, por desconocido, llegando a tal punto de jactarse de su propia ignorancia y ceguera mental, lo que la imposibilita para tener una conversación de cierta complejidad, y de cierta coherencia, siendo sus monólogos favoritos inconexos balbuceos sobre banalidades carentes de todo contenido.

Era una de esas personas que al mirarle a los ojos no tenían ningún atisbo de espíritu, sin ambición, sin cultura, sin futuro ... Una muñeca humana, que en lo sentimental buscaba quién la dirigiera, pues estaba completamente perdida, lo malo, es que cuando lo encontraba, o bien salián por piernas tras un tiempo de esperar una evolución que nunca llegaba, o era usada como eso, una muñeca para experimentar placer.

En cuanto a la trayectoria profesional, no había forma de acceder, por sus incapacidades anteriormente descritas, a un puesto que no sea de baja cualificación, en una especialidad de fácil ejecución. Y eso, las veces que lo intentaba, que eran, las menos, prefería quedarse en casa viendo telebasura, y esperando, que por guapa, llamaran directamente a su puerta para contratarla.

Y ella, no dejaba jamás de lamentarse por todo ello, con grandes aspavientos, y excesos victimistas, esperando que los demás hicieran las cosas por ella, en lugar de aprender a hacerlas por sí mismas, quejándose de la mala suerte, envidiando logros ajenos, esperando futilmente que por la ciencia infusa todo cambiara de repente. Pero desafortunadamente, y a diferencia de los cuentos de hadas, en los que parece habitar, las cosas no funcionan de ese modo. Es otro modus operandi el que se debe utilizar.

Pobre Barbi, dices que la vida te trata mal, que tienes mala suerte...etc. Excusas sin fundamento. No es mala suerte, si es que eso existe. Es que habiendo tenido los mismos medios que otros, has sido  perezosa, y te has aferrado a tu torpeza mental para no tener que hacer esfuerzos. Pero la vida siempre exige sus tributos, y según parece se está cobrando los tuyos.

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