viernes, 13 de febrero de 2015
En el año de la tormenta (electoral)
González, Aznar, Zapatero, Rajoy. El viejo binomio Psoe/Pp, los que se turnan, ansiosos por el poder para eternizarse en sus periodos de gobierno. No funciona para el ciudadano de a pie, del que ya hace tiempo que se divorciaron legislando en favor de otros intereses, como partidos-marca que son. Si, como McDonalds o Microsoft, pues responden a intereses de mercado descuidando todo lo demás y alejados de lo que debiera ser una agrupación política. Para ellos solo cuenta los beneficios a costa de todo y de todos.
Unos partidos que son gigantes, pero torpes gigantes que tropiezan con los propios pies en su caminar. Seres gangantuescos que no son sólo inútiles para la gente de la calle, si no que son altamente tóxicos, cuando no letales en muchos casos.
Desafortunadamente, los dos grandes partidos están en perpetua desconexión. Uno, desde el gobierno, continúa con sus políticas de exterminio social indirecto al despojar a los ciudadanos de sus derechos sociales, laborales, sus viviendas, condenándoles a una larga y penosa extinción. Son los efectos de legislar como si todos fueran potentados empresarios en un país con mayoría de asalariados y autónomos. Aunque al menos saben en que bando están. Los otros para su desgracia, y con su nuevo secretario general, tienen que consultar muy a menudo el mapa para ver si ese día toca ser de centro derecha o socialdemócrata, además de arrastrarse hacia el otro partido para hacerse con un hueco en las elecciones, vamos, una nueva forma de autolesionarse políticamente, con su reciente apoyo a la cadena perpetua se ha lucido, a ver que nuevos despropósitos perpetran.
Unos partidos que ven crecer su nerviosismo ante Podemos, la nueva formación que se llevó una gran cantidad de votos en las Europeas, y que a diferencia de otras formaciones como Vox , Partido X, Ciudadanos, o Upyd, no es un chiringuito caricaturesco. Un nuevo partido que despierta entusiasmo, y que con no poca fuerza, les disputa seriamente la hegemonía política en todo el territorio. Tiene grandes esperanzas de salir airosa en su empeño al saber conectar con la gente de la calle. Muchos esperan y desean que lo consigan, que las cosas vayan poco a poco cambiando a mejor para los trabajadores, y no a peor como es costumbre en estas tierras desgraciadamente, que vayamos levantando cabeza un poquito los ciudadanos, y no sólo las empresas y bancos, ya va siendo hora de que se introduzcan mejoras reales. Que estalle ya la tormenta, que todo cambie de una jodida vez!
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