lunes, 7 de octubre de 2013

Hecho polvo







Andaba de capa caída en los últimos tiempos. Con el correr de los días,semanas, y meses, las esperanzas se le estaban quedando un poco agrietadas, aún no rotas por completo, pero ya en proceso de ello. Se le habían caído las ambiciones profesionales, las relaciones familiares, y los amores nunca alcanzados.

Sobrevivía en medio de la precariedad, entre el paro y los contratos de una semana. Sólo, en una ciudad de más de 100.000 habitantes, sólo entre la multitud que abarrotaba las calles. Una recurrente sensación pérdida y añoranza  se le colaba entre  los huesos cuando veía brillar la felicidad que emanaba de las parejas con las que se cruzaba ocasionalmente en su errático caminar.

Todas esas cosas, cosas que le revolvían la mente, las cosas que le producían agobio, y hacía su ánimo flaquear, las acusaba el cuerpo también, por lo que se había convertido en un asiduo del centro de salud de la seguridad social.

Se sentía sin fuerzas, sin empuje, la chispa le había abandonado, se había difuminado. Algunos días, le costaba incluso levantarse de la cama, había cosas que le suponían un gran esfuerzo, porque no le parecían que sirvieran para nada. Había abandonado algunas de las rutinas habituales que un día formaron parte de el, como afeitarse y cortarse el pelo, así, con pelo y barba largas, tenía un aspecto externo que se adaptaba perfectamente al sombrío estado de ánimo que regía su vida, a veces tan intensamente, que había días en los que ni tan siquiera salía de su casa.

Ese no era uno de esos días. En ese día se obligaba a si mismo a salir a la calle, pues tenía hora con el médico para que le extendiera unas recetas. Asi era como pasaba su vida, atenuando el dolor de su alma químicamente, y cuando no estaba bajo tratamiento farmacológico, acolchaba ese dolor con alcohol, en algún bar, con bebidas cuanto mas fuertes mejor, para no sentir  que el edificio que era su vida, se estaba convirtiendo en un amasijo de ruinas y escombros. Ya no sabía funcionar de otra manera, el mundo que le rodeaba, se le atragantaba, sólo sabía vivir anestesiado, medicado. Entumecido con alcohol y medicamentos, para que la vida le fuese mínimamente soportable.

1 comentario:

  1. imagino que esto tiene una segunda parte... para que deje de ser una historia comun y salga de lo normal

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