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Los libros, la máxima representación del conocimiento…

Es posible que actualmente haya algún tipo de iniciativa similar, cierto, pero en este caso que nos ocupa, el concepto es diferente. En unos tiempos tan difíciles como los que nos ha tocado vivir, en donde la cultura es menospreciada en favor de otros factores de consumo inmediato, y de efectos fugaces y perecederos, es importante recalcar el incalculable valor de la cultura. En una sociedad en la que las personas son reticentes a acercarse a los libros, algunos han decidido acercar los libros a las personas, es importante no perder nunca el contacto con ese enriquecedor multiverso de las letras.

De modo que esta es nuestra intención, convertir todos los rincones posibles de las poblaciones en zonas de tránsito de libros en los que poder dejar, y coger libros. Pero esto no es bookcrossing, aquí no hay etiquetas, ni marketing, ni efectismos. No hay seguimiento alguno de los libros que se donan, provienen del patrimonio cultural de la humanidad, y allí regresan, no hay porque monitorizarlos, como si fuésemos un exnovio celoso y posesivo, que se convierte en un acechador. Tan sólo quédate con el grato recuerdo que aquella obra esculpió en ti, y que ahora compartes con todos los demás.

Lo que desde aquí se pretende es que, sin innecesario fuegos de artificio, esto sea una permanente exposición, de de las personas hacia la cultura, en todo momento, y en todos los lugares, que perciban el incalculable tesoro que se despliega ante sus sentidos.

Hoy, en un local de una pequeña ciudad, mañana, en todas partes...